Estamos en plena temporada de vacaciones y por ello nos animamos a viajar con la familia. En este escenario, el auto debe estar al 100%, pues no creo que quieras amargar tu paseo esperando la asistencia de una grúa… ¿Por qué te digo esto? Bueno, por estos días conducía rumbo a Medellín y me percaté de lo mal plantada e inestable que lucía un SUV en la carretera. La camiometa estaba sobrecargada de equipaje y tenía seis ocupantes (un menor de edad, entre ellos); su marcha era realmente mala.
Lo único que pensé fue: “este amigo tiene un serio problema de suspensión”. Después de todo, ¿para qué quieres potencia si no puedes controlarla? El chasis del auto es gran responsable de eso y, al respecto, expondremos tres problemas y soluciones en la suspensión para devolverle seguridad a tu vehículo.
1.- Vibración y falta de balance
Si en altas velocidades el volante comienza a vibrar, probablemente los discos de frenos necesiten rectificarse o los rines requieran balanceo. Si el problema persiste, necesitas revisar los bujes de la horquilla. El balance y la alineación pueden perderse por dichas causas o por golpes (baches, ‘andenazos’, alcantarillas a desnivel, etc.) y habrá que realizar dichos servicios.
2.- Rechinido, falta de estabilidad y “golpeteo”
Durante la marcha o al pasar por calles en mal estado (todas) escuchas un leve rechinido o sientes que el auto se torna “pesado” y difícil de controlar en curvas, sobre todo en carretera, además de cierta vibración bajo la carrocería, es necesario evaluar el estado de las barras estabilizadoras o de torsión, así como sus bases y bujes. Pueden necesitar lubricación, ajuste o, en definitiva, reemplazo total.
Otra causa puede deberse a que las bases de los amortiguadores estén rotos e incluso no descartar el mal estado, tanto del resorte como del amortiguador. Esto puede generar falta de control e inestabilidad sobre la marcha; de hecho, tampoco es mala idea echar una revisada a los soportes del motor, es probable que no les quede mucho tiempo de vida.
3.- “Crujido” y falta de alineación
Al realizar maniobras escuchas un “crujido” en la dirección que pude deberse a que los bujes, tanto de las horquillas como de las rótulas, están totalmente dañados. Si bien son piezas de desgaste continuo, es imprescindible vigilar su estado por lo menos una vez al año, dependiendo el uso del vehículo. Los bujes actúan de “colchón” ante la torsión y tensión de las piezas, por lo que el mal estado podría ocasionar daños severos, como la ruptura de las rótulas en plena marcha o el desgaste prematuro de los amortiguadores. Otro daño colateral es la falta de alineación, que a su vez conlleva al mal desgaste de las llantas.
Como vez, además de los altos costos de reparación que podrían implicar estas reparaciones, los riesgos son muy altos, así que tienes muchas razones para poner atención a las señales que te manda tu auto. Viaja seguro y disfruta esta temporada.